24 enero, 2007

Una puerta hacia algún lugar

El universo ya no gira. Los segundos se paran mecidos en las manos del viento. Los corazones ya no laten, perdieron el sentido de la orientación. En algún rincón, en alguna esquina, quedan los resquicios de algún ingenuo que cree en ti, que si es necesario, empeña el alma para que le arda.

Son unos pocos, son simplemente locos. Los desterrados de la humanidad. Los que nunca han sabido andar en línea recta y se embriagan con el olor de las flores. Son aquellos que se paran ante el silbido del viento al girar una esquina, aquellos que sueñan con los ojos abiertos y cuando los cierran, no les importa seguir andando. Son los que saben del vaivén de las olas en los bancos de una ciudad sin mar y los que se congelan en el frío en las playas de Galicia. Los que torturan el vertiginoso ritmo del minutero cuando andan por las calles de esta ciudad.

Tienen un mundo alternativo. Un universo paralelo. ¿Sabes dónde está la puerta?



Alguien me dijo que la puerta está en el brillo de unos ojos, en el tintineo de una carcajada, en la complicidad de una sonrisa, en el disfrute del camino cuando lo estás dejando atrás, en el indómito miedo ante el abismo de lo desconocido, en el fondo de los charcos que no pisas por no mojarte… son tantos los sitios...

Yo entré ayer, ¿Vienes conmigo?"