12 enero, 2006

La mañana después

Por la mañana te fuiste,
me dejaste en la cama dormida o haciéndome la dormida.
Cogiste tu ropa y te vestiste despacio, silenciosamente
de la misma manera que te acercaste a la puerta y te fuiste.
Sin dejar una nota de despedida, ni un número de teléfono... un número que tampoco yo te pedí.
Ya contaba con esto, por eso no te dije que te quería aunque así lo sentí.
Ni siquiera te abracé, ni te besé con pasión, ni quise mirarte fijamente a los ojos... porque todo eso después necesito que me sea devuelto y sabía que no lo recibiría.
Sabía que te irías y aún así quise amarte... lo suficiente para que no quisieras más, lo bastante para quedarme dormida sobre el recuerdo de tu cuerpo en mi cama.

Si el destino existe volveremos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida es sueño, pero el sueño es más bonito si alguien encuentra a gente capaz de amar como tú, según se ve en lo que escribes. Un beso.

Nesk dijo...

Logras confundirme y hacer que me tambalee sobre la delgada linea que separa la realidad de la ficción.

Anónimo dijo...

Por desgracia, y víctima de mi pesimismo actual, he de decirte que el destino nunca depara los reencuentros que uno tanto espera. Ojalá me equivoque.
Un abrazo.

Eowin dijo...

Una vision muy bonita y romantica ... una descripción preciosa...

Anónimo dijo...

http://meneame.net/story.php?id=15330


"La mañana después" descrita a la perfección