26 julio, 2005

La rana

Este es un cuento de los que no se encuentran en los cuentos.

Yo era una princesa de ojos grandes, carcajada franca y sueños de andar por casa; él era un principe azul desteñido de lavados que tomó mi corazón con dulces promesas.

Pero poco a poco él fue abriendo distancias y yo abriendome heridas, él fue cerrandome puertas y yo precintando esperanzas, él fue deshojando cuentos de hadas y yo margaritas.

Y fue así, como a fuerza de negarme besos, el príncipe se convirtió en rana y puso una almohada en medio de la cama para que su frialdad no se templara con mi pasión.

A él lo han visto de la mano de una ranita, croando por ver en el cine una historia de amor con palomitas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Le está bien empleado por rechazar el amor de una damita encantadora.

Anónimo dijo...

Yo por ti seria rana, principe y hasta princesa si hiciera falta. Dulce dama encantadora ;* Aunque alguna vez he sido ese principe-rana, cosa que siento con todo mi corazon ;(

Un beso niña guapa

Anónimo dijo...

espero que algun dia me puedas dar un besito par ser un principe en tu vida.

cuidate chuliña muakkksss