11 agosto, 2011

Despeinados

Y cuando todo el mundo se vaya
nos quedaremos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
cómo calma saber que estarás
solo conmigo al borde de la noche,
y que juntos pararemos el tiempo.

Serás el que no se va,
aunque al final te vayas.
Pero, por un tiempo, despertaremos
cada día juntos, riendo, despeinados.

1 comentarios:

Rubenpsico dijo...

Leer tus versos me ponen enfermo Vero, enfermo de envidia, ganas de robarlos y hacerlos míos, no es justo encontrar alguien capaz de removerte las entrañas y no poder acabar una botella hablando de otras cosas con ella. Que bien escribes jodida.